De todas las tecnologías que facilitan la digitalización de nuestras empresas, hay una cuyo nivel de adopción es masivo y cuyas ventajas son inmediatas, se trata del Cloud.
Estas Infraestructuras como Servicio (IaaS) y Plataformas como Servicio (PaaS) han pasado a formar parte del ecosistema IT de la mayoría de empresas proporcionando cientos de servicios de todo tipo: Almacenamiento, computación, integración de sistemas, desarrollo de aplicaciones, bases de datos, servicios de analítica avanzada, AI/ML y un largo etcétera.
AWS, Azure y GCP son los llamados hyper-scalers más conocidos si bien, Alibaba, Oracle e IBM disponen de plataformas con servicios muy similares y otras IaaS como Huawei, Gigas, etc.
La flexibilidad, agilidad, escalabilidad y el pago por uso son los principales beneficios que nos aporta el Cloud sin olvidar que se amplían las opciones de comparación de servicios, se reduce el lock-in de proveedor, se mejoran los tiempos de latencia según la ubicación de los usuarios y las regiones de la plataforma escogida y se mejora la resiliencia en la estrategia de disaster recovery apoyándose en múltiples regiones o incluso múltiples Cloud.
Pero un entorno Multi-Cloud también conlleva varios retos, el uso de distintos servicios ubicados en diversas plataformas Cloud plantea un primer reto a nivel de seguridad y de conectividad. Por un lado, queremos gestionar los usuarios y permisos de forma centralizada, y por otro lado, los distintos Cloud deben poder comunicarse entre ellos y con la infraestructura On-premise existente.
La gestión de los costes se convierte en algo crucial, aparecen múltiples formas de realizar las tareas y la optimización del uso de recursos es clave para mantener unos costes ajustados.
En un entorno Multi-Cloud existe mucho solape de servicios presentes en varios proveedores, algunos perfectamente compatibles y otros que necesitan una estrategia clara desde el departamento de IT.
Deberíamos, por ejemplo, tener una estrategia clara en Analytics, si optamos por un DataLake, un Deltalake (Databricks), una plataforma como Snowflake o una basada en los servicios SAP en BTP. Otra estrategia para los servicios de AI/ML, una estrategia de IaaS donde centralizamos los servidores, una estrategia global de backup y seguridad, una estrategia para el desarrollo de aplicaciones. En definitiva, se trata de escoger qué vamos a utilizar de cada proveedor Cloud y no dejar que se desarrolle un caos de sistemas y servicios sin un diseño previo de arquitectura empresarial.
¿Cómo encaja SAP en este entorno?
Si hablamos de S/4HANA, podemos escoger nuestra Private Cloud Edition en los principales hyper-scalers, también la SAP Business Technology Platform (BTP) que ofrece otros cientos de servicios en modo PaaS puede alojarse en estos entornos cloud.
Lo más interesante es que ahora nuestro SAP es un actor más de lo que Gartner llama la Composable Enterprise. Podemos conectar múltiples aplicaciones de negocio como Salesforce, ServiceNow, Workday, Ariba, Coupa, nuestras soluciones de e-commerce, todo mediante APIs y comunicación asíncrona de eventos. Podemos orquestar procesos entre nuestras aplicaciones, utilizando todo el portfolio de servicios que nos proporcionan los entornos Multi-Cloud.
Por último, el portfolio de aplicaciones se abre al mundo SaaS, miles de aplicaciones accesibles como servicio y que pueden y deben ser integradas en nuestros entornos Multi-Cloud a nivel de seguridad, monitorización, integración de la información analítica y de producción de eventos consumibles por el resto de servicios.
